El desarrollo de un niño puede verse afectado por
diversas situaciones como: el ambiente donde se desarrolla, la estimulación que
recibe, y las experiencias que el niño ha vivido. La influencia del entorno
también afecta a los niños con Síndrome de Down por que al igual que los niños
normales cada uno de ellos tiene diferente manera de asimilar las cosas y de
reaccionar ante las situaciones que se les presenten. Un niño con Síndrome de
Down desarrollado en un ambiente enriquecido tienen mejores resultados y
perspectivas para una vida normal.
A continuación se analizará las diferencias de las
características generales de los niños con Síndrome de Down y los demás niños
entre 0 a
6 años, algunas de estas diferencias las podemos encontrar en la obra de José
Francisco Guerrero, “Nuevas perspectivas en la educación e integración de los
niños con Síndrome de Down”:
En general, los niños con síndrome de Down difieren de
los niños “normales” en la necesidad de ser estimulados para realizar acciones
que otros niños aprenden solos.
El tono muscular de los niños con Síndrome de Down es muy
débil en comparación de los demás niños y esto les dificulta más adelante para
poder caminar, en sus habilidades motrices, en la escritura. También podemos hablar
que los reflejos suelen ser débiles y tardan en producirlos. Además,
generalmente el llanto es más débil, siendo de menor duración y tono. Muchos
lloran muy poco y no lloran cuanto tienen hambre o cuando están incómodos.
En comparación con las etapas del desarrollo de Piaget,
podemos observar que los niños con Síndrome de Down tienen una menor capacidad
discriminatoria perceptiva que los demás niños, principalmente, la percepción
visual y auditiva. Con esto, podemos ver que en la primera etapa del desarrollo
según Piaget, conocida como sensorio motriz, el niño conoce el mundo a través
de su percepción sensorial. Los niños sin N.E.E tiene una manera adecuada de
percibir el mundo mediante los sentidos, ya sea viendo, tocando, oliendo,
mordiendo, oyendo etc. Los niños con Síndrome de Down descubren de la misma
manera el mundo, pero como dijimos antes, la capacidad de discriminación en
ellos es mucho menor, por esto se demoran un mayor tiempo en procesar la
información que es enviada desde sus sentidos al cerebro, y es por esto también
que requieren una ayuda o dirección del adulto.
Otra diferencia que
existe entre los niños “normales” y los niños con Síndrome de Down es la menor
capacidad de codificación, almacenamiento y procesamientos que tienen. Les es
difícil realizar este proceso acerca de cualquier objeto que estén conociendo
por esta razón tienen problemas en la permanencia del objeto que es la
habilidad del niño para comprender que los objetos poseen una existencia
independiente de su relación con el objeto; El niño es capaz de mantener una
imagen mental de una persona u objeto a pesar de no estar presente.
De igual manera, se
encuentra una diferencia en la memoria. Los niños con S.D poseen memoria a
corto plazo limitada; por eso, no pueden retener la información por mucho
tiempo; y hay situaciones que su memoria no las registra en absoluto, por esto
es necesario explicar de manera más fragmentada cualquier actividad o consigna,
ya que un niño con S.D no puede entender una orden si no se le explica los
pasos necesarios para llevarla a cabo. Esta falencia se convierte en un
problema dentro de su vida cotidiana ya que la memoria de corto plazo es
utilizada en todas las acciones tales como: aprender un número, una dirección,
un nombre etc.
En la etapa pre
operacional de Piaget, se adquiere la capacidad de representación. Los niños
con S.D tienen mayor dificultad para la representación. En esta etapa, el niño
no es capaz de manejar el mundo de manera simbólica, y al no tener la capacidad
de poder utilizar el simbolismo en su juego o dentro de sus conocimientos, se
le limita la exploración del mundo y su capacidad de desarrollar de mejor
manera su imaginación. También tienen problemas ya que el lenguaje en los niños
con S.D se presenta más tarde que en los niños normales
Una gran diferencia que
existe, entre los niños con S.D y los demás niños es el lenguaje. En los niños
con S.D, las unidades de sonido, su morfología, sintaxis y su significado se
articulan de forma peculiar. A los niños con S.D se les hace muy difícil comunicarse
de manera adecuada, es decir, entendible. También se les dificulta tener una
conversación fluida con otras personas pues, hablan de manera lenta y tardan en
responder las preguntas. Se observa que durante los primeros meses emiten menos
vocalizaciones que los demás bebés, aunque a partir de los 4 a 6 meses, incrementan sus
emisiones.
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